La depredadora acción inmobiliaria en Lomas de Montemar

 

Seguimos sentando precedentes en material medioambiental

Como Duna Viva queremos seguir sentando precedentes en materia medioambiental en nuestro país, además de llamar a la formación de una robusta democracia ambiental en Chile, en el que todas y todos los ciudadanos podamos hacernos cargo del lugar en que queremos vivir.

Es así como hace algunos días, a través de una publicación en el diario El Mercurio de Valparaíso, nos referimos nuevamente a la acción depredadora de las inmobiliarias en el sector de Concón. En esta oportunidad dimos detalles sobre el recurso de protección que estamos llevando a cabo en la Corte Suprema en relación al megaproyecto de Reconsa (Sociedad Urbanizadora Reñaca Concón) en Lomas de Montemar, que considera la construcción de 100 torres en un espacio de 9 hectáreas que se encuentran aproximadamente a 800 metros del Campo Dunar de la Punta de Concón.

A pesar de que el proyecto ya tiene declaración de impacto ambiental, ello no es suficiente dado que Concón, al igual que Quintero y Puchuncaví, son comunas de la Región de Valparaíso que sobrepasan una o más normas de calidad ambiental y han sido declaradas saturadas.

Una de las implicancias que tiene ser ciudad saturada es que todos los proyectos industriales e inmobiliarios que se pretendan ejecutar en esas zonas deben someterse al Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), uno de los principales instrumentos para prevenir el deterioro ambiental, este previene, supervisa, evalúa y certifica el impacto ambiental en iniciativas públicas y privadas; el sistema pertenece al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).

El presidente de la Fundación Yarur Bascuñán, Jorge Yarur confirma que se busca marcar un antes y un después en este tipo de obras, poniendo siempre en el centro la protección del ecosistema, además emplaza a las autoridades a realizar una óptima labor en el plano medioambiental, “la alcaldesa Virginia Reginato y el alcalde Óscar Sumonte, en conjunto a sus directores de obra municipales, son culpables de otorgar imprudentemente permisos que han destruido el medio ambiente y eso no lo vamos a tolerar”, declara.

De la misma manera, nuestro abogado Gabriel Muñoz es claro al respecto, afirmando que la edificación y todo lo que implica el proyecto debe tener un Estudio de Impacto Ambiental (EIA), Reconsa está incurriendo en una ilegalidad, Concón es una ciudad saturada y según la Ley de Medio Ambiente se requiere un estudio para poder construir esta monstruosidad arquitectónica y urbanística, no basta simplemente con una declaración”.

Buscamos nuevamente que la comunidad se vincule con el medio, exigiendo la elaboración en comunidad de un Plan de Manejo Ambiental que busque prevenir, mitigar, restaurar y compensar impactos ambientales negativos producto de la implementación de algún proyecto inmobiliario.

Es así como podemos gozar lo que llamamos democracia ambiental, permitiendo a los ciudadanos a hacer observaciones a la labor indiscriminada de las inmobiliarias, “si se construye un megaproyecto en la mitad de un barrio residencial, no solo se afectará los espacios donde efectivamente vive gente, sino también al medio ambiente que nos pertenece a todos” concluye Muñoz.

Actualmente nos encontramos a la espera del fallo de la Corte Suprema, eso sí, a propósito de la publicación en el diario de hace una semana, juntas de vecinos de Lomas de Montemar y Costa de Montemar nos confirmaron que desconocían del proyecto y se harán parte del recurso de protección.

Duna Viva, organización para la conservación del Campo Dunar de Concón.